Me cuesta mirarte a los ojos amigo.
La vida se te presentó torcida y torcida siguió durante muchos años. Anduviste al límite de la muerte y la locura durante muchas lunas. Te olvidaste de soñar...
Vagaste por callejones sin alma, tuviste verdugos por compañeros, bajaste a las cloacas del infierno y sentiste el frío de la soledad en el alma.
Hiciste viajes con amargo retorno y cruel camino. Miraste a la muerte cara a cara más de lo que cualquier ser humano es capaz de soportar.
Pero cuando empezábamos a oír campanas fúnebres y llantos silenciosos, sorprendiéndonos a todos, diste el Grito Por la Vida.
Ahora amigo pasas lucido los días y en vela la mitad de las noches, ahora vives en la realidad, ahora no pegas palos de ciego para poder volar, ahora me miras y me dices que te alegras de estar VIVO.
Y ahora amigo me cuesta mirarte a los ojos, porque no se cómo decirte que nos han puesto la vida aún más difícil. No se amigo como poder mirarte y decirte que todo se ha complicado aún más. No sé cómo decirte que ahora nos llegó “La Crisis”. No sé cómo decirte que una vez más, vas a pagar con creces los platos rotos de un festín, al que ni tan siquiera te invitaron.
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