MIS LIBROS

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miércoles, 20 de abril de 2011

Un pedacito de Libertad


 
Leyendo el artículo de nuestra compañer@ Corsario, me viene a la mente, lo que me describió un compañero, al sentir la libertad por primera vez en cuatro años de cautiverio.A pesar que iba a disfrutar de solo cuatro dias de ese beneficio penitenciario que es un permiso ordinario de salida, los nervios y la emoción, le embargan desde semanas antes. Dormía poco, pensaba mucho como distribuir ese tiempo de libertad. Mentalmente se hacía esquemas de horarios, rutas, tiempos, los cuales se iban cambiando segun se acercaba el gran día.
Y por fín llego el día, por supuesto que la noche la pasó en blanco, los nervios no le permitieron dormir, antes de que el sistema carcelario hiciera aparción en esa despejada mañana, él yá estaba preparado. Sonó la megafonía mañanera, con ese famoso ''berrido''....¡¡ Recuento!!. Son las ocho de la mañana, quedan 4 horas todavía, donde aunque todo está echo, pero siempre puede pasar cualquier cosa. los nervios traicionan a cualquiera, y ciertos funcionarios disfrutan ejerciendo la autoridad de poder quitarte este beneficio. Van pasando las horas, se acerca las doce, te paseas delante de la cabina de los ''boquis'', cruzas las miradas, esperando que te digan: Recoja su bolsa y encaminesé a ingresos. Son las doce menos cuarto, y de rrepente una mirada del funcionario te hace ir corriendo ante su presencia y al fin oyes lo que deseas: ''Recoja y camine hacia ingresos''. Joder, yá salgo. Con caminar acelerado y torpe, dirigo mis pasos hacia esa penúltima dependencia que es el departamento de ingresos. Te abren la cancela, un funcionario de prácticas al cual le han dicho que ponga cara de malo, ya que los presos, si te ven débil te comen, de malas formas ( acostumbrado está ) le pregunta que hace aquí. El conteniendose una vez más, le espeta que tiene un permiso de salida. Este funcionario, le manda que se meta en una celda llamadas americanas, y llama a otro carcelero para que le asesore que debe hacer con este preso. Comprueban que efectivamente tiene la orden de salida, le obligan a quedarse allí dentro un ratito para que siga recapitulando sobre el bien y el mal.Son casi las doce y media de la mañana. Lleva más de media hora retenido en esa celda, le estan quitando media hora de Libertad. Cada minuto que pasa, más cabreado y más nervioso. Al fin se abre la jodida celda y vociferan su nombre. Sale rápido y le manda a un mostrador, para realizar las tareas de huellado, firmas de varios papelotes, incluido la presentación en la comisaria. El funcionario le explica que tiene que tiene orden de presentacion ante la policia en primer día y el último.
Toca esperar unos minutos más, y al final un carcelero cabreado, le dice que le siga. Es su primera salida, por tanto ese recorrido que hace por esas instalaciones es nuevo para él. Se dá cuenta, que esa parte que es abierta al público, está perfectamente conservada, todo pintado, fuentes con pajaritos, muchas flores, un jardín bien conservado. Vas pasando cancelas donde funcionarios parapetados en esos ''bunquer'' van preguntando y recogiendo la documentación que el carcelero guía lleva consigo. En uno de esos ''bunquer'' se para el susodicho funcionario y a parte de darle la documentación, mantiene una conversación con su compañero, intrascendental para el reo e igualmente para el carcelero. Es otra manera de castigar o provocar que el perrillo que lleva pegado a su culo, le recrimine su actitud y así poder ejercer su grado de autoridad y al menos asustarle con quitarle el permiso. Pero se equivoca, el reo no entra en esa guerra. Al fin retoman el caminar, atraviesa una pasarela y divisa el espacio sin rejas. Falta pasar el último control, donde allí le hacen firmar un papel, el cual al regreso debe de volver a firmarlo. Está a medio paso de su prmer permiso.
Le abren la última puerta la cual es de cristal y sale al ''hall'' donde los familiares de presos esperan cuando van a las comunicaciones. Está en la calle, han pasado 4 años y 4 meses y la hora es la una y cuarto del mediodía. estos cabrones me han robado hora y media.




Con una bolsa que pesa un quintal, se apresura a bajar una cuesta que aproximadamente tiene una distancia de 700 metros, casi en línea recta. Hacía cuatro años que no caminaba en línea recta tanta distancia. La cárcel está situada a unos 40 km. de su casa, por tanto, tiene que coger un autobus de línea. Desconoce donde está la parada, pero intuye que está muy cerquita de ese cruce que hay abajo de la carretera. Apresurado camina ya que le han explicado que los buses pasan cada media hora. Llega a la encrucijada y vé que hay una marquesina de para da de bus. Deja la bolsa en el suelo y espera impaciente la llegada del vehículo que le trasladará a su ciudad y casa. Mientras viene, se dá cuenta que está como en una nube. Por esa carretera pasan coches, los cuales desconoce la marca del vehículo, motos, ruido en general. Está feliz, nervioso esperando ese bus y al poco se divisa esa mole de coche, que le trasladará a lo que hace años odiaba, su CIUDAD. Sabe lo que cuesta, son tres euros con 20 centimos. Se sienta al lado de la ventana y sin  quitar la mirada no pierde detalle hasta llegar al final del trayecto. Cuando se baja, se dá cuenta que su vida paró al entrar en la cárcel, pero la vida continuó sin esperarle. Ha cambiado lo que el conocía, han construido mucho, donde antes solo había campo, ahora se levantan grandes casas residenciales. Han echo un barrio nuevo.
Está deseoso de llegar a su casa, por él se iba andando, pero lleva una pesada bolsa. Se decide y coge un taxi. Al cabo de 15 minutos está enfrente de su portal, dentro le espera su familia. Lllama al telefonillo y contesta su madre. Le abren y en menos de cero coma, está entrando, por solo 4 dias, en el espacio más libre que ha tenido en 4 años y cuatro meses.

Continuara ..........

2 comentarios:

MATRIX dijo...

Empezamos a tener una visión general de lo que es pisar una cárcel. Es interesante tener el punto de vista tanto de las personas que tienen que acercarse a las cárceles porque dentro están sus familiares o amigos, pero incluso más importante es dejar ver el día a día de las personas que viven el cautiverio y el aislamiento.
En este país se tiene la concepción de que entrar en la cárcel es un paseo por un parque de atracciones. Pensando que nuestro sistema penal es muy débil, cuando es uno de los más duros, y que siempre toda pena es demasiado corta en el tiempo.
Es necesario ponerle nombre a las cosas y sacar lo que tan concienzudamente se empeñan en esconder desde IIPP.
Es importante que sigamos haciendo visible lo invisible.
Cozy, continuemos…

Anónimo dijo...

El tiempo todo lo quita y todo lo da; todo cambia, nada se aniquila.