De lo urgente a lo importante. De tí para mí. De las pequeñas cosas a los grandes acontecimientos. De tu mirada al océano. De la ilusión a la pasión. De presentir a sentir. De la prisa por llegar, a la serenidad por haber llegado. De lo humano y de lo divino. De las penas y las glorias.
De eso y de mil cosas más podemos hablar. Pero sólo te pido una cosa, no vengas con prisas.
Abre la mente, relaja los músculos, afila los dedos, pasea tu imaginación y escribe.
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