Un pedacito de Libertad II

Retomando ........  Alegría y nervios, se mezclan en el vacio del estómago. Está en su casa, el olor, la luz, el movimiento se apodera de la incertidumbre que planeaba antes de entrar. Le resulta increíble,  basta unos segundos de vida cotidiana, para despejar las dudas que sentía dias antes, cuando se preguntaba como iba a reaccionar ante esta falta repentina de emociones, que durante los años de reducación asistida por el sistema penitenciario le habian obligado a cortar. El ser humano, es capaz de adaptarse y capaz de lo mejor, por tanto también de lo peor.
Lleva unas horas disfrutando de esos detalles cotidianos, que en la cárcel, no existen. El comer en plato, beber en vaso de cristal y cortar un filete de carne con un simple cuchillo ( recordanado que los cubiertos de la prisión son de plastico ), se siente otra vez persona. Terminando ese manjar, bien preparado, caliente y con sabor, se dispone a cumplir el trámite penitenciario impuesto, acudir a la comisaría más proxima para la firma controladora.
Segun entra en la dependencia, siente de nuevo la sensación de fatiga que desprende ese sitio. Habla con el funcionario de turno, y le invita a pasar a la sala de espera, donde se sienta a esperar a que le devuelvan el papel con la dichosa firma controladora. Lleva aproximadamente una hora, cuando un empleado de paisano espeta su nombre y apellidos. Yá tiene el papel, toca andar en línea recta.

Camina y camina, se para a leer todo lo que está puesto en las paredes de las calles, recordemos que lleva cuatro años leyendo las notas que la prisión coloca en un espacio de 2 x2, lee anuncios de empresas, conciertos, publicidad, cualquier cosa le vale. Disfruta del paseo, algo aturdido por la cantidad de gente y ruido, pero feliz. Al subir al autobus, le cuesta moverse por el interior mientras arranca. Se nota torpe, lo achaca al desentreno forzado. Son las once de la noche, lleva casi doce horas fuera de la cárcel.
Regresa a su casa, donde una cena caliente, le espera. Manjares simples, agota las última horas de su primer día y se dispone a dormir en su habitación con cama algo más grande y un cuarto para él solo. Recapitula y piensa que hacer mañana, nada de especial, si es posible más de lo mismo. Con eso le basta, para saborear la libertad. Muy cansado se encuentra, ya que entre la emoción y nervios, el tute de caminar, en poco tiempo se duerme.
Acostumbrado al catre donde los últimos cuatro años, ha depositado su estructura osea, le resulta difícil, alargar su estancia en la verdadera cama de su habitación. Son las siete de la mañana, y nó aguanta más en la cama. Se levanta, se prepara un café de verdad, no el ''agua chirry'' que le dan de desayuno, mientras se planifica la mañana. ¡¡ Hay tantas cosas que hacer y ver !!. Le falta tiempo, pero se decide a moverse.
Le habian encargado una serie de cosas, los ''compis'' del talego. Zapatillas de deporte, alguna camisa, etc... Encamina sus pasos, andando, hacia un centro comercial. Está deshubicado, tanta luz, tanta gente ( son aproximadamente las 10 de la mañana ), lo que era  muy rutinario, se convierte en una aventura. Siente el desarraigo social, y eso que solo han pasado cuatro años encerrado, que será de esos compañeros al llevar diez o doce años, separados del mundo social y un día se encuentran de lleno con la rutina urbana. La prisionización, es una realidad. A más años recluido en este submundo carcelario, más mella hace. En este momento es consciente de la ineficacia de todo el sistema. Todo es una mentira, encubierta de buenas palabras, para disimular la barbarie institucional. Interiormente masculla el desprecio que siente ante tanta hipocresia, falsedad. Revindica, al menos, que sean valientes y se atrevan a llamar a la cárcel por lo que es: UN SISTEMA DE CASTIGO. Que se dejen de términos poéticos como reducación, reinserción y demas paparruchadas y nó disimulen el significado de la cárcel, CASTIGO, CASTIGO, CASTIGO.

CONTINUARA ......